Es evidente que hay muchas menos mujeres que hombres en puestos de responsabilidad y de alta dirección, que sigue habiendo desigualdad salarial entre ambos sexos, y que las mujeres siguen teniendo más ataduras familiares, lo que puede dificultar su incorporación a puestos directivos.
Para romper el techo de cristal femenino, algunos expertos se inclinan por imponer un sistema de cuotas; otros, sin embargo, abogan porque sean las propias empresas las que vayan incorporando libremente más mujeres a sus consejos de administración y puestos de alta dirección. Para este último caso creo necesario recordar a los empresarios cuáles pueden ser los beneficios de incluir a mujeres en tareas directivas, ventajas relativas a su estilo de liderazgo y a la forma de gestionar los recursos.
Liderazgo femenino
Según diferentes estudios, entre ellos “Liderazgo femenino en España, un estudio de los factores claves para el éxito laboral”, que presentó el año pasado la consultora @samhoudwomen en una jornada organizada por Madrid Excelente, las mujeres tienen un estilo de liderazgo, por lo general, diferente al de los hombres. Un estilo que se denomina de apoyo; o sea, tienen más en cuenta al equipo con el que trabajan, escuchan más las opiniones de los demás a la hora de tomar decisiones, y suelen responsabilizarse en mayor medida del bienestar de otros. También saben fomentar mejor el espíritu de equipo y sacar lo mejor de sus compañeros de trabajo. En definitiva, un estilo de liderazgo por el que abogan hoy en día buena parte de los expertos en Recursos Humanos y en gestión empresarial.
Más comprometidas
En este mismo estudio se concluía, además, que las mujeres directivas están más comprometidas con sus empresas, suelen tener una visión de futuro más clara y en relación con la organización donde trabajan.
Otros análisis y estudios sobre las mujeres directivas refuerzan esta tesis y concluyen que las mujeres suelen ser altruistas, orientadas a las personas, cooperadoras, autoexigentes y con habilidades sociales. Yo añadiría que las mujeres gestionan mejor el tiempo porque están acostumbradas, por su papel de madres, a compaginar la vida profesional con la familiar.
Los empresarios tienen que aprovechar las cualidades de las mujeres a la hora de dirigir equipos y ocupar tareas y puestos de responsabilidad en beneficio de la empresa, siempre con el fin último de que la organización sea más competitiva y rentable. Además, ofrecer las mismas oportunidades a las mujeres es avanzar mejor en beneficio de la sociedad para construir entre todos un mundo más justo e igualitario.
(Alejandra Polacci, directora general de Madrid Excelente. Publicado en la revista Ecofin, Economía y Finanzas. Mayo de 2011)
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